Las películas iberoamericanas del 70ª edición de la Berlinale emprenden en su mayoría un viaje a través de túneles mágicos (como los de Chico Ventana) al final de los cuales encontramos a ese otro (u otra) indispensable para comprometernos con lo que somos. Habituados como estamos a la cotidiana presencia de lo real maravilloso, llegan a nosotros El prófugo y Todos os mortos, fábulas en las que seres irreales pugnan por ocupar el lugar de los vivos, ejerciendo la palabra y mitigando la muerte. Este empoderamiento es completamente real en la desenfadada afirmación de la sexualidad de propuestas como Alice Junior y Meu nome é Bagdá y en la inmersión de Las niñas e Irmã en el mar de la femineidad. El porcentaje menor son las películas que nos muestran un malestar ante una globalización que destruye la tierra animista de los pueblos originarios y que comparte protagonismo con la revisión de un pasado construido a punta de diásporas que retornan a Iberoamérica en los nuevos descendientes de olvidados linajes afrodescendientes (Cidade Pássaro y O reflexo do Lago). Te invitamos a entrar en los cinematográficos túneles de la memoria y la emoción de nuestros creadores.

Beatriz Navas

Presidenta Programa IBERMEDIA