El 25 de febrero 2020, en el marco der la 70. Berlinale, tuvo lugar otra vez una reunión de director@s, productor@s y cineastas de América Latina, España y Portugal en el Ibero-Amerikanisches Institut, organizada por el IAI y el Instituto Cervantes Berlín junto con la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica (CAACI) y el Programa IBERMEDIA. En la mesa redonda este año director@s, productor@s y agentes de venta independientes intercambiaron sus experiencias y visiones acerca de las condiciones, desafíos y perspectivas de la presencia del cine iberoamericano en las plataformas digitales.

Moderado por Gerardo Michelin, fundador del portal LatAm cinema (Uruguay), discutieron el director Karim Aïnouz (Brasil), Sandro Fiorin de la distribuidora y agencia de venta FiGa Films (EEUU/Brasil), Klaus Rasmussen de la empresa de venta y distribución Global Screen (Alemania), Mariana Rondón, directora y productora de Sudaca Films (Peru/Venezuela) y Antonio Saura de la distribuidora y agencia de venta Latido Films (España).

“Hay que seducir al algoritmo”

Con respecto a la situación actual del cine iberoamericano en las plataformas digitales, Antonio Saura dio una perspectiva diferenciada. Con la transformación de los grandes estudios de distribución y el auge de las plataformas se habría abierto un nuevo universo y muchas de las reglas estarían en juego. Habría películas que lograrían maravillosas posibilidades de financiarse en las grandes plataformas y otras que no tendrían ninguna posibilidad. Pronosticó que se iba a abrir una brecha cada vez más grande entre un tipo de cine autoral que iba a tener cada vez más dificultades en la financiación a través de las plataformas y un cine más popular y más probable a “atraer a los algoritmos”.

Ahora bien, cuando se hablaría de “las” plataformas se centraría muchas veces en las pocas plataformas gigantes, aunque habría unas 20.000 plataformas más en el mundo, entre ellas plataformas más bien “guerrilleras” que iban a contribuir al desarrollo de alternativas e independientes formas del cine. En total, esta variedad de plataformas tendría un rol importante y beneficioso en la difusión y distribución del cine para ser visto desde cualquier lugar.

Sin embargo, vio también el riesgo de que se desarrollen oligopolios predominantes que, además con el apoyo de dinero público en varias veces, “alienen” las películas de una relación más directa autoral. Se podría comprobar ya la desaparición del autor en el mundo de las plataformas, p.e. en el caso de las series que serían simplemente “de tal y tal plataforma” sin hacer caso al creador o director detrás lo cual definió como cierta forma de explotación.

Refiriéndose a Netflix, Klaus Rasmussen dio el ejemplo de la película chilena “La memoria del agua” de Matías Bize que lograron vender con éxito a Netflix hace unos años. Sin embargo, vender películas a Netflix hoy en día sería más difícil ya que Netflix, más que meramente colaborar con las agencias de venta, quiere participar en la producción desde el principio.

Sandro Fiorin recordó a la mesa redonda de hace dos años cuando habían discutido sobre posibilidades y desafíos de la distribución internacional del cine iberoamericano (véase aquí el resumen de la discusión de 2018: https://tinyurl.com/toabcpf) y donde ya había contado de sus experiencias sumamente positivas con las grandes plataformas, sobre todo con Amazon. Ahora, desde su perspectiva, la situación se habría mejorada aún, con más posibilidades, mas espacio y variedad de plataformas – y más plata.

Su agencia no perseguiría ninguna estrategia de exclusividad, sino creería que simplemente hay que hacerlo lo más fácil para la audiencia de encontrar las películas, por cualesquiera que sean los canales. Siempre publicarían directamente, sin intermediador, para tener más control. “Amazon Prime es nuestro mejor amigo”, concluyó, dándoles mucha atención y espacio.

En cuanto a una variación en los gustos por parte de las diferentes plataformas observó que el documental sería un género cada vez mas exitoso y más fuerte y que el interés en documentales habría aumentado durante los últimos años, supuestamente por la situación política actual en América Latina y un público cada vez más concientizado.

Respondiendo a la pregunta de qué manera ha impactado en los directores todo el cambio de la geografía audiovisual, Mariana Rondón contó de su primera impresión personal con Netflix que habría sido muy emocionante ante la inmensa cantidad de películas – ahora sentiría nada más que una frustración enorme pasándose más tiempo buscar lo que tal vez se quiere ver que realmente ver algo. Otro aspecto más bien positivo, en cambio, que también podría experimentar con su película “Pelo malo” de 2013 sería que gracias a las plataformas la trayectoria de una película ya no se acabaría, pero que seguiría estar visible y accesible para un público.

Subrayó además la oportunidad que las plataformas darían a creadores en ciertos países como Venezuela donde abrían un espacio creativo en un momento en que el estado no les permitiría tal espacio para ser creativo. En este contexto habría que defender a estos espacios digitales.

A Karim Aïnouz le preocupó en todo el debate que se debería seguir luchando primero para que las películas tengan un estreno en una sala de cine con ventanas para la evaluación cinematográfica las más largas posibles. Para eso serían centrales acuerdos correspondientes con las plataformas, lo cual incluiría también el creciente problema de la dependencia de las grandes oferentes: “Nos hemos hecho clientes”.

Se puso preocupante además en cuanto al género cada vez más presente de las series lo cual tendría algo predatorio con la motivación primaria de fidelizar al “user”. Ya habría cierta presión a los directores de largometrajes de hacer una serie en lugar de una película. De este modo muchos proyectos de largos se transformarían en series aunque no serían series de verdad – un “travestir” del cine. También habló de una “hipernarrativación” del cine donde menos interesan los personajes – los que a él como autor le interesarían principalmente – sino más la historia. Se podría comprobar eso como “la epidemia de serie está contaminando el cine”.

Mientras Sandro Fiorin mencionó ejemplos de películas independientes que el los EEUU no habrían funcionado bien en las salas de cine y que en vez del trayecto tradicional tendrían mucho más éxito y repercusión estrenándoles por las plataformas digitales, Karim Aïnouz expresó dudas ante el mar en que una película se pierde una vez vendido a una plataforma. Resaltó la necesidad de crear plataformas alternativas a los dos grandes gigantes para hacer el cine independiente más visible en el mundo digital.

Al final, en las palabras de Carlos Saura: “La realidad es que el cine ya ha encontrado una nueva manera de ser consumido y hay que ver cómo los públicos y los creadores van a adaptarse a esa realidad.”