Berlín simboliza mejor que ninguna otra ciudad la historia reciente de Europa y para conocerla, nada mejor que regresar a ‘Berlín, sinfonía de una ciudad’ o «El cielo sobre Berlín»

A vista del ángel sobre la Berlinale nos perdemos entre unos artistas empeñados en rodar una película sobre el amigo fallecido («La fiera y la fiesta«), tan perseverantes como los  adolescentes que siguen las instrucciones de la abuela para enterrar a un alienígena («Breve historia del planeta verde«). Son resistentes, como los muchachos de extraños nombres que se adentran en la selva colombiana dejando atrás a una vaca y una cautiva («Monos«). Obstinadas voluntades, las de amantes que remecen lo establecido en La Coruña del siglo XIX («Elisa y Marcela«) o en la periferia de Guatemala («Temblores«). Brío impensable el de la joven esposa que adopta a una loba joven («A portuguesa«) y la joven madre que no quiere volver a gestar en un pueblo costarricense («El despertar de las hormigas»). Tenacidad laboriosa de los obreros que no paran de trabajar hasta la llegada del carnaval («Estou Me Guardando Para Quando O Carnaval Chegar«) y de las agricultoras quechuas que cuidan la tierra como si fuese su propio cuerpo («Sembradoras de Vida«).

Os ofrecemos un fresco de cinematografías en las que todas las películas coinciden en dar alas a la fantasía de sus personajes en contradicción con sus realidades, siendo la resistencia la mejor expresión de su insubordinación vital.

Oriente y Occidente, Berlín y Buenos Aires, debajo de qué cielo no hemos vivido está paradoja.

Beatriz Navas Valdés

Presidenta Programa IBERMEDIA