PERÚ 2019, 74 Min, D: Diego & Álvaro Sarmiento, Español, Quechua
¿Cómo puedo comer sano en la ciudad? Ésta pregunta surge inevitablemente cuando uno/a ha visto Sembradoras de Vida. La película enseña sobre la agricultura y la vida de los agricultores quechuas en las tierras altas andinas. Aquí sobre todo, se acompaña el trabajo de la mujer, aunque todo con aparejos. Sin embargo, todo el conocimiento sobre la comida y su forma de preparación es transmitido por las mujeres a las hijas y nietas. Con sus sabias perspectivas informan sobre los cambios de estaciones, lo que hace que el cultivo sea menos seguro y confiable. Los meses indivuales y sus respectivos climas ya no son confiables y la luna deja de proporcionar información sobre la lluvia, el sol y las heladas como antes. Las frutas y las flores son más pequeñas, menos sabrosas. Para ellas, el interés en sus frutos cosechados desde tiempos inmemoriales es mayor que nunca, solo pensando en la quinua, que ya es dificil de pensar sin las cocinas de este mundo. Lo que cosechan aún se ve increíblemente exquisito y saludable y probablemente uno nunca haya comido una papa tan sabrosa como la que respresenta el pan diario de los campesinos andinos. Se ve una vida corporalmente agotadora, pero a la vez satisfactoria y nada pobre. Ésta impresión se nota enfatizada por las vestimentas increiblemente hermosas, el delicado bordado en las blusas y pulóveres, las telas coloridas y robustas, los sombreros y gorros de protección utilizados por los trabajadores de campo al hacer su trabajo. Y no es una visión floklórica, glorificada desde la visión externa, lo que se lanza aquí a los protagonistas, sino que se trata del trabajo de dirección de dos hermanos de la región que retratan las costumbres tradicionales y las formas de trabajo, hoy por hoy en tiempos de cambio climático y pesticidas, como es acostumbrado en la actualidad. R.B.