El escenario es una gran casa donde la familia y los amigos celebran un doble ritual: Es el cumpleaños del pintor y joven padre Tona, y como probablemente sea el último, también celebran una despedida. En consecuencia, la película también tiene dos almas: Detrás de los agitados y espontáneos preparativos y celebraciones, se revela la dimensión arcaico-espiritual de profundidad a la que alude el título. El cuerpo debilitado de Tona permanece invisible al principio. En la habitación protectora reúne fuerzas para la ceremonia, donde experimenta todo el amor y el afecto que necesita para su viaje final.